sábado, 9 de junio de 2012

SÍNTESIS Y ANÁLISIS DE UN CUENTO



EL IGNORANTE PRIVILEGIADO
Rafael R. Valcárcel
No siempre, pero casi siempre, Francisco Arce Beltrán iniciaba la siesta con el mismo pensamiento: Gracias. Una palabra que representó con millares de imágenes y ninguna letra, porque su nombre completo era lo único que sabía escribir.
Se consideraba un privilegiado. Yo lo veía como un ignorante, además de conformista. Y me refiero a su etapa adulta, porque era comprensible que de niño no hubiese podido estudiar. Labró la tierra hasta que la sequía del 62 dejó a su familia sin propiedad en favor del banco, viéndose obligado a migrar a la ciudad antes de cumplir los trece años. Mendigando por las calles, entabló amistad con un vagabundo que tocaba la guitarra. Le enseñó una canción. La aprendió con muchísimo esfuerzo. Quiso enseñarle otra. A Francisco no le interesó. Para él, una bastaba para ganarse la vida.
Durante cuatro décadas, únicamente ha cantado ese tema. Le gustaba decir que entre él y un sellador de sobres no había ninguna diferencia. No profundizaba. Ahí terminaba su comentario, con un rostro que rebozaba satisfacción. ¡Ignorante, conformista y descaradamente estúpido! Me irritaba.
Ya no.
Comenzó a desbaratar mis prejuicios la tarde que me preguntó qué buscaba alcanzar con tanto estudio y competitividad. Respondí. Mi meta era su presente. A Francisco Arce Beltrán se le veía tranquilo, contento y en paz. Era feliz, monótonamente feliz.
De todas formas, él estaba equivocado. Su actividad distaba mucho de la que realizaba un sellador de sobres. Si bien Francisco repetía una misma acción a lo largo del día, el público interrumpía su rutina cuando, entusiasmado, le pedía “otra, otra”. Y eso ocurrió con una frecuencia creciente porque cada vez interpretaba mejor el tema. En varias ocasiones, salió del apuro improvisando historias que nunca reutilizaba, puesto que no se daba el trabajo de memorizarlas. Sin embargo, al madurar su autoestima, se aventuró a decir la verdad, complementándola con el siguiente argumento: “Si un compositor puede subsistir toda su vida con las regalías de una canción, por qué yo no puedo hacerlo cantándola”.
En una oportunidad, al estar por finalizar su jornada callejera, un espectador le ofreció una suma tentadora por tocar en la fiesta sorpresa que estaba organizando para su pareja. Aceptó. Tres horas después, inició su concierto. Tres minutos más tarde, se quedó sin repertorio. Aplausos prolongados. Volvió a cantar el mismo tema. Silencio prolongado. Sonreía mientras pensaba. Nuevamente, las cuerdas de la guitarra reprodujeron la melodía, pero, en lugar de acompañarla con la letra, propuso un Karaoke concurso y dotó al premio con la mitad de la paga que iba a recibir esa noche. Tocó las notas de la canción hasta el amanecer. Los invitados, encantados con la velada, lo fueron contratando para distintas celebraciones, incluyendo cumpleaños infantiles. Dado el éxito, los nuevos invitados hicieron lo propio, y la rueda giró. Las Radios desempolvaron el vinilo original, pero la gente reclamabala versión de Francisco. La grabaron y difundieron. Sonaba en toda la ciudad, a cada rato, acelerando el desenlace. Nadie quiso volver a oírla.
Cuando estaba por marcharse, BMG y Sony le ofrecieron producir un disco con temas inéditos. Ni siquiera lo dudó. Respondió que no. Se trasladó a Córdoba con el ánimo intacto.
Al ir conociendo los valores de su perspectiva, fui compartiendo —en parte— la admiración que él sentía hacia las personas que desempeñaban orgullosas una labor simple y monótona. Francisco creía que ellos tenían la posibilidad de no pensar en nada, dejando libre el espacio para sentir, como cuando él labraba la tierra y las imágenes fluían por las emociones y no por la razón.
Francisco Arce Beltrán encontró la forma de tener una vida interesante, libre y segura, sin saber leer ni escribir. Sólo le hizo falta aprender una canción para comprar una casa, mantener a su esposa y tres hijos, disfrutar de sus vicios inofensivos y hasta gozar de vacaciones cada cuatro meses. El resto de cosas que aprendió no tenían ninguna utilidad económica, cultural o social, simplemente le sirvieron para mantener a salvo la mayor parte de su descontaminada ignorancia.
Francisco Arce Beltrán encontró la forma de tener una vida interesante, libre y segura, sin saber leer ni escribir. Sólo le hizo falta aprender una canción para comprar una casa, mantener a su esposa y tres hijos, disfrutar de sus vicios inofensivos y hasta gozar de vacaciones cada cuatro meses. El resto de cosas que aprendió no tenían ninguna utilidad económica, cultural o social, simplemente le sirvieron para mantener a salvo la mayor parte de su descontaminada ignorancia.

lunes, 4 de junio de 2012

Padre Rico, Padre Pobre




ANÁLISIS

El libro comienza con una justificación acerca de porque es realmente importante re-considerar la educación que la cultura ofrece a los jóvenes  acerca del dinero, en muchos casos la enseñanza que se imparte en los hogares, y que solemos asimilar del entorno exterior, no parece ser la más correcta de acuerdo a las necesidades actuales, la forma en que los padres instruyen a sus hijos acerca del mismo, la visión que les heredan entre otras cosas; la cual bien podría resumirse como la fórmula de la educación, “estudia, consigue un buen trabajo y jubílate con buenas prestaciones” y que al parecer en tiempos tan cambiantes parece no tener tan buenos resultados siempre puesto que “acceder a una buena educación y lograr calificaciones altas ya no asegura el éxito” dentro de este argumento reside la razón de porque es necesario adquirir inteligencia financiera.
Este libro nos habla acerca de cómo Robert Kiyosaki aprendió a generar activos, es decir como logro entender la manera de sobrepasar la “columna” de los pasivos y lograr riquezas, hacer que el dinero trabaje intensamente para nosotros y no al revés, a través de lo que denominan inteligencia financiera, o genio financiero, conocimientos heredados por su padre rico, que si bien no era su padre biológico, fue la persona que más lo instruyo en este tema, a través de conceptos simples y entendibles.
Entre las lecciones más valiosas que nos da a conocer se encuentran: los ricos no trabajan por dinero, porque enseñar especialización financiera, ocúpese de su propio negocio, superando los obstáculos.
Es necesario entender que los ricos tienen dinero trabajando por ellos, mientras que los pobres y la clase media trabajan por dinero, dentro del aprendizaje es básico alejar los temores, el miedo y la ansiedad, logrando que nuestras emociones no provoquen nuestras reacciones,  arriesgándose a tomar cada oportunidad de inversión que se nos presente, abandonando la obsoleta y poco útil idea de trabajar para conseguir dinero.
Si bien es realmente importante generar dinero un gran paso en el camino a la riqueza es saber cómo conservarlo y evidentemente como administrarlo y gastarlo, quizá esta sea la parte más importante de adquirir especialización financiera, entender que si el patrón común que seguimos es el de gastar todo lo que obtenemos, un aumento en nuestros activos, generara un incremento en nuestras obligaciones o deudas, entendiendo que “lo qué hace usted con el dinero una vez que lo ha ganado, cómo evita que otros se lo quiten, por cuánto tiempo logra conservarlo, y con qué intensidad el dinero trabaja para usted” es parte de la aptitud financiera.
Otro punto realmente interesante que trata el libro es el de ocuparse de nuestro propio negocio, es decir hacernos ricos a nosotros mismos, no trabajar para que otros sean ricos, mientras nosotros invirtamos nuestro esfuerzo y tiempo en un negocio ajeno no generaremos riquezas verdaderas pues nuestros activos dependerán solo de nuestro sueldo.
Pero el aprendizaje no solo se resume en adquirir nuestro negocio propio, generar activos y conservarlos, es algo más complejo, adquirir inteligencia financiera es comprender y adquirir el entendimiento de diferentes áreas que consolidaran nuestro camino: la contabilidad, la comprensión de los mercados, las inversiones y la comprensión de la ley. Es decir la correcta definición de inteligencia financiera es la “sinergia de muchas habilidades y talentos”, entre ellas comprender que el dinero es tan real como nosotros lo queramos, y que mientras más lo comprendamos más pronto seremos ricos, pues mientras más real lo consideremos más tendremos que trabajar por él.
Tres aspectos fundamentales en este proceso de adquirir conocimientos, habilidades y talentos para lograr el éxito son: el gerenciamiento de; el flujo del dinero en efectivo, de los sistemas y de las personas, nuestra herramienta más importante es todo aquello que conocemos y dominamos, ya que todo lo que desconocemos representa en sí misma una debilidad y un riesgo.

SINTESIS
“la diferencia entre los pobres y los ricos está en que los pobres trabajan para hacer dinero, y los ricos hacen que el dinero trabaje para ellos”- era una de las tantas consejos que el padre de su amigo Mike (a quien llama el padre rico) les decía constantemente. La historia de Robert Kiyosaki se ve atrapada en los consejos de dos padres, uno pobre y uno rico. El padre biológico era un hombre muy trabajador, inteligente y que creía que la única forma de estar bien era estudiar mucho y tener buenas notas para lograr tener un empleo seguro y pagar tus impuestos a tiempo. Conoció a temprana edad a un hombre al cual todos en el vecindario creían que era un ambicioso y era el padre de su mejor amigo Mike, le impresionaron tanto sus consejos que decidió en un futuro seguirlos e ignorar los de su verdadero padre. El sabía que aunque si tomaba los consejos de su padre rico algún día lograría todo lo que quería. Así fue como los dos amigos que se volvieron como hermanos desde muy chicos recibieron la enseñanza que cambiaría el resto de sus vidas, aprendía acerca del verdadero sentido del trabajo y el valor que el dinero tiene; una amplia clase de finanzas haciendo énfasis en que si no reconocían el significado de un pasivo y un activo nunca serían ricos. Los dos amigos llegaron a ser grandes empresarios, aunque Robert se dedicó más a compartir sus conocimientos, aún sigue siendo una persona muy importante en el área empresarial.